Javier Sánchez: “Ya no siento lo que sentía dirigiendo básquet”
Anoche pitó su último partido a nivel profesional. El viernes lo hará en el torneo local.
Final: Obras 68, San Martín 79. Inmediatamente Javier Sánchez se descolgó el silbato y caminó al encuentro con sus compañeros Leandro Lezcano y Leonardo Barotto.
Los técnicos y jugadores se acercaron para saludar al árbitro bahiense, de 42 años. Habían sido testigos de su último partido a nivel profesional.
“Estoy muy tranquilo, porque el juego salió bien, tuve la posibilidad de dirigir con dos amigos, que es lo que quería y la decisión la venía procesando hacía muchísimo tiempo. Ahora, la cena con los compañeros puede tornarse un tanto emotiva”, le contó a La Nueva, anoche, ni bien finalizó el juego en cancha de Obras.
La ropa de su último partido profesional.
A Javier le queda algo más, tras 22 años pitando en Primera: el partido del viernes entre Bahiense del Norte (donde fue jugador) y Villa Mitre, por la primera fecha del certamen superior. Lo hará junto a Sebastián Giannino -otro que se retira- y Emanuel Sánchez.
“Creo que va a ser duro, intenso en lo emotivo –opinó este productor de seguros-, porque nos vamos con Sebastián”.
La primera fecha del torneo superior, el viernes, se completará, desde las 20.45, con Liniers-Estrella (Mauro Reyes, Diego Kessler y Santiago López Hoyos), Pacífico-L.N. Alem (Horacio Sedán, Lucas Paolete y Juan Jaramillo), Estudiantes-Olimpo (Eduardo Ferreyra, Mariano Enrique y Lucas Andrés) y Pueyrredón-9 de Julio (Alejandro Ramallo, Marcelo Gordillo y Mauro Guallan).
—Javier, ¿qué te llevó a tomar la decisión?
—Me hizo mucho ruido la pandemia; analicé si este ritmo es el que quería como forma de vida y durante este tiempo encontré un montón de cosas lindas. Me voy muy contento, disfruté un montón, conocí mucha gente y lugares, pero no es la vida que quiero seguir. Me gustó la vida que tuve cuando no viajaba. Ni más ni menos que eso.
—¿Cómo vas a hacer para dejar de lado la pasión por el arbitraje?
—Uno empezó con esto porque disfrutaba y se convirtió en una pasión. Por ahí me cambiaron los parámetros de la pasión en el momento que se transformó en un trabajo. Pero durante la pandemia me gustó ser familia de mi familia, amigo de mis amigos, papá de mi hijo (Felipe), poder disfrutar de un asado, estar en los eventos a los que siempre faltaba… Es una decisión de vida. En esta decisión nadie influyó y la venía analizando hacía mucho tiempo, de hecho, estuve a punto de no arrancar la temporada. Ya no siento lo que sentía dirigiendo básquet.

—¿Qué tenés miedo de extrañar?
—La gente, a mis amigos, que los tengo y me da tranquilidad que van a volver a Bahía; vivencias, momentos… Aunque esto es muy reciente, estoy volviendo al hotel vestido de árbitro, je.
—¿Por qué la decisión de tampoco seguir dirigiendo en Bahía?
—Cuando suelto algo lo hago por completo. Y me parece que todo lo que me exigía para estar en el mejor nivel no lo voy a hacer. Y no lo veo respetuoso hacia el básquet de Bahía, que me dio muchísimo. Sería una falta de respeto ir a dirigir cuando, hoy por hoy, no siento estando adentro de una cancha de básquet.
—¿Influyó en algo la decisión de retit de Sebastian Giannino?
—No. Son decisiones que terminaron siendo en conjunto, pero no influyó en mí, simplemente él la tomó antes. Cada uno tiene sus motivos y sus razones.
—La última vez que hablamos me dijiste que hacía 20 años que no jugabas partidos de básquet o de fútbol por temor a lesionarte. Llegó el momento de disfrutar, je
—Seee… ¡Ni me lo recuerdes! Tengo unas ganas bárbaras de jugar al fútbol. Hablando en serio, esto es una decisión de vida, que excede lo profesional. Y estoy muy tranquilo. Siento paz de poder levantarme mañana, subirme al auto y volver tranquilo a Bahía escuchando música. Eso es lo que más valido. Sé que el resto de la semana será movilizante, pero lo que estoy dejando es lo que amé. Hay que saber decir basta.
Fuente: La Nueva Provincia – Fernando Rodriguez