Los puestos de Nocioni y Scola en Río, el ‘drama’ de los pivotes jóvenes y la anécdota de Leon Najnudel

Sergio Hernández repasa la planificación rumbo a Río 2016, defiende a Marcos Delía y habla de las dificultades de la actual Liga Nacional
La selección tiene un año intenso. Además de Río 2016, debe prepararse pal torneo Sudamericano y la Copa Stankovic, en los que participará con equipos alternativos y con Nicolás Casalánguida como entrenador, pero con la supervisión de Sergio Hernández. “Podría decirse que hay tres listas; para el Sudamericano, para la Copa Stankovic y la de los que comenzarán a trabajar para los Juegos”. Casalánguida trabajará con otros dos asistentes y Gonzalo García y Silvio Santander acompañarán a Hernández.
-¿Son 6 o 7 jugadores que no estarán en los dos primeros torneos?

-Son 6 o 7, quizás algunos más. Es que hay un recambio generacional muy grande y hay que evaluar la necesidad de cada equipo. Lo importante es que podemos cubrir las necesidades de los jugadores en crecimiento. Y hay que entender que quizás es más importante un Sudamericano o una Copa Stankovic para un jugador en desarrollo que ir a un Juego Olímpico. Porque eso le puede permitir crecer de otra forma. Eso lo puede llevar después, tal vez, a ser una ficha estable del primer equipo. Porque los jugadores jóvenes que van a Rio necesita sentirse respaldados, porque es una competencia de altísimo nivel.

-Además de Chapu, Manu y Scola, que uno descarta que estarán en la lista principal, la de los Juegos, ¿qué otros jugadores están?

-Los dos bases (Laprovittola y Campazzo) y Delía., pero no te estoy dando la lista de 12. Uno supone que están en un grupo. Después están los jóvenes: Deck, Garino, Brussino, Vildoza. Difícil que queden en los próximos años fuera de los procesos. Y hay otros que tienen una edad intermedia, 26, 27, 28 años, que entran y salen de acuerdo a las necesidades del equipo. Pero yo no me olvido que en la Argentina están Aguerre, Marcos Mata, Safar, Mainoldi. ¿Quién va a dudar que Federico Aguerre, tiene nivel de selección argentina? Mide 2,04, juega de 3, defiende, tira de 3, es inteligente, salta como una bestia. Ahora. A veces le toca estar en una selección que necesita ese tipo de jugadores y a veces decís ‘necesito alguien que haga esto y en eso puntual me inclino por este otro’. Hoy los equipos no se hacen con los 12 mejores, se hacen con los 12 que el equipo necesita para jugar bien. En los diferentes puestos elegís a los mejores bases, aleros, escoltas y los mejores internos. Después analizás: ‘¿cuántos lugares me quedaron? Cuatro. Bueno, los ocho que están, ¿qué necesitan para potenciarse? Y. si estos ocho no tienen un tirador van a estar jodidos. Si no les ponemos un defensor de internos, estamos jodidos. Después quedan cuatro o cinco afuera, que si los analizas individualmente son mejores que uno que está adentro. Puede ser, es probable. La selección en determinado momento necesita a un tipo que haga algo puntual. Necesitamos a este que sólo defiende, aunque no salta y no tira. Para el otro laburo ya tenés a otro. Eso es un equipo, la selección, Peñarol, Quilmes u Obras.

-Como decís, el recambio ya ocurrió. (interrumpe)

-La gente habla de recambio generacional y no sabe bien de lo que está hablando. De 2004 con la medalla de oro a 2008 con la de bronce, muchos desconocen que hubo seis jugadores diferentes. Creen que siempre fueron los mismos jugadores los que ganaron. Hoy agarrás a un pibe de 15 años que escucha tanto hablar de Campazzo y cree que Campazzo es Generación Dorada. Y claro el pibe nació viendo a Campazzo, pero para él Pepe Sánchez o Montecchia son tipos que le cuenta el padre que eran importante. Hace poco le nombre a (Nicolás) Brussino a Ariel Rodríguez y él me dice que le comentaron que había un jugador pelado. ¡Es el segundo goleador histórico de la Liga! Una Liga que ya tiene 30 años. Hablamos de un monstruo. Entonces las cosas. La selección argentina es toda una historia. No se consiguió todo por ocho o nueve tipos. Nadie le va a quitar a los abanderados nada, pero también existieron los Paladino, Gaby Fernández, Victoriano, Wolkowyski, jugadores que ayudaron muchísimo.

-¿Te deja tranquilo ver la continuidad que tienen Campazzo y Laprovíttola en sus equipos?

-Es importante. El salto que dio Laprovíttola de Brasil a Europa es lo que más me interesa, porque Campazzo ya estaba. Y si bien Facundo no tenía muchos minutos, el día a día de Real Madrid era altamente exigente. Por la edad que tenía Facu cuando llegó al Real, el día a día fue más importante que los minutos que le dio el técnico. Que te roces con jugadores como Lllul, Rodriguez, Ayon o Rudy Fernández o que el entrenador no te mime tanto y después juegues sólo 7 o 5 minutos, es más importante que ir a un equipo que te necesita mucho y seguís teniendo todos esos privilegios que te hacen que vos no corrijas tus malos hábitos. Creo que a Facu le vino bárbaro ese paso por Madrid. Salió de acá como el súper pibe y llegó allá y bueno. No me hubiera quedado tranquilo si iba directo a Murcia y hace todo lo que hace ahora. Su salto de calidad iba a tardar en darlo. Y Laprovíttola dio los pasos en cada momento. Fue Brasil, después Lituania y ahora ACB, en España. Cada lugar le permitió consolidar aspectos de su juego. En Europa, desde mi visión, creo que subió un escalón en control de juego, en dirigir al equipo dentro de la cancha y en hacer mejor a sus compañeros.

-La experiencia de Patricio Garino en los Estados Unidos y el cierre universitario con el título NIT, ¿qué te genera?

-Es importantísimo para él. Porque para la universidad (George Washington) significó ganar un campeonato muy valioso, porque no entra cualquiera ahí. El NIT es importante y Patricio fue un jugador determinante. Incluso, creo que esta situación puede darle un lugar en el Draft, no es un tema menor. Ahora va a tener que dar el salto de jugar con profesionales, con adultos, por presión y por dinero y va a tener que dar otro salto de calidad.

 

 

-¿Lo ves jugando en esta Liga?

-Creo que varios equipos le deben haber mandado por lo menos un mail. Pero conociéndolo, no va a hacer nada desesperado por ahora. Es un chico muy medido, cuidadoso de sus pasos, metódico. Hay cosas que nosotros no sabemos, su relación con la universidad, posibilidades de campus en el verano, sus posibilidades del draft. El tendrá sus asesores que le dirán si le conviene o no. Es un jugador para salir al mundo profesional.

-¿Sentís que hay un buen balance con los jugadores grandes o Nocioni tendrá que jugar de 4?

-Intentamos modificarlo en México, con un gran sacrificio de él. No hay que olvidarse que uno dice fácil que Chapu tiene que jugar de 3 para que Scola juegue de 4 y no se desgaste. Pero ahí no pensás en él, porque en los últimos cinco seis años viene jugando de cuatro. Es otro timming, vas perdiendo tacto de la posición. Son puestos bastante diferentes. De defender jugadores físicos a defender jugadores chicos y rápidos para él, que ponen la bola en el piso. Si queremos hacer un buen papel en los juegos olímpicos lo necesitamos así, con la figura de un cinco y con Scola de 4. Eso de Chapu de 4 es una variable, una variante, alternativa que se tiene que dar el menor tiempo posible. Sobre todo porque vos después querés que Scola haga 20 puntos y defienda jugadores de 2,10 o 2,12, fuertes.

-Scola mejoró su tiro de tres puntos. (interrumpe)

-No hay que confiarse tanto en el tiro de 3 de Luis. Lo ha tomado como una herramienta porque este equipo de Toronto necesita de él ese tipo de tiro. Por la característica de sus compañeros y de su equipo. En la selección tomará algún tiro si el partido se lo da, pero no va a ir a buscar su tiro abierto como en Toronto. Luis dice “qué necesita este grupo, dónde puedo aportar o sacar ventaja yo”. En Toronto necesitan eso y él le da eso. La selección necesita otra cosa y le dará otra cosa. Después, tiene la libertad de tomar decisiones, como cualquier otro jugador. Si él está en modo “asesino” con el tiro de tres puntos, se armarán sistemas para que tire de tres. A veces jugando de 5 toma el tiro también y es más importante, porque es más difícil que salga el jugador grande del rival.

-Siempre fue un déficit, ¿tenemos más alternativas en el puesto de pivote?

-El tema del 5 en la Argentina siempre va a ser una constante. Toda la vida fue así, muy difícil tener gente grande. Somos un país con un biotipo no favorable para el básquet y muchas veces lo tenemos que compartir con el voleibol. Pero además, no tenemos paciencia. Es un país con una mentalidad de que el deportista tiene que ser habilidoso, técnico, vistoso. Al argentino no le gusta el Martín Palermo. A mí dámelo, me lo llevo a mi casa. A mí el 9 me mete los goles con la rodilla. ¿Es rústico? No importa, dámelo. Que lo haga con la cabeza, con el hombro. En Europa lo tienen y lo quieren todos. Acá queremos el 9 que eluda a cuatro, le pegue tres dedos y la clave en el ángulo. Bueno, en el básquet pasa algo parecido. Nos falta paciencia y frustramos a los chicos grandes. Les pedimos cosas para las que no tienen capacidad y que, además, no deberían tener porqué hacerlas. Estos jugadores de 2,10, rústicos, grandotes, fuertes. Viven de los rebotes, las cortinas y vuelcan alguna cuando se la dan cerca. Nada más. Acá les pedimos todo. ¡Acá seguimos discutiendo a Delía! Hace 20 puntos, baja 10 rebotes en todos los partidos. Y te dicen ‘sí, pero juega en Obras’. ¿Dónde querés que juegue? Sí, no juega en los Lakers, pero. ¿Sabés que Delía mide 2,09? No es un 2,02, ¿eh?

-Bueno, justamente a Delía no lo cuestionan por eso, sino porque hay quienes lo señalan por ser blando para el puesto.

-¡¿Quién es el que lo señala como blando?! ¿Alguna vez se puso atrás de Delía? Delía es blando, Gallizzi es muy duro. ¿Qué querés? Divac se retiró, Gasol hay uno. Le pasa a la NBA. Una vez hablando con León (N. de la R.: Najnudel), cuando buscábamos un norteamericano, nos preguntaba “¿Qué estás buscando?” Y le dije: “Quiero un tres (alero), que mida más de dos metros, que pueda jugar de 4 a veces, que tenga tiro y pueda jugar de espaldas. Como no tenemos gol, también darle la pelota y aclararle para que juega uno contra uno”. León me contestó: “Los Knicks están buscando lo mismo que vos”. Siempre estamos en la eterna comparación.

-¿Los planes de detección de altura funcionan?

-Seguimos siendo responsables en la detección de talento. Se hace lo mejor que se puede. Levantó el nivel en los últimos dos años y hay clubes que están bien. Es verdad que hubo un momento en el que bajó el nivel de compromiso. Todos tenían planificaciones y a la hora de la acción poco. Estamos en esa era, la de la teoría, lo digital. Te muestran todo en la computadora, detección de talento, formación, plan de altura. ¿Y dónde están? La verdad es que no están. La inteligencia no está en el saber sino en el hacer. Se lo digo a los jugadores siempre. Todos dicen lo que habría que hacer, pero no le dan bola al único secreto, que es la ejecución de lo que hay que hacer. Viendo el video del rival no alcanza. Tenés que bajar el culo en el entrenamiento, en la cancha. Saber qué hacer es importante, pero saber cómo y después hacerlo, tener la determinación para hacerlo, es mucho más importante. Un gran plan, el mejor plan, mal ejecutado no sirve para nada. ¡Para nada! Algo que no tuviste tiempo de planificar, pero que lo ejecutás con convicción, que todo el mundo se pone de acuerdo, funciona. El ideal es la mejor planificación y la mejor ejecución. Se puede hacer, pero es muy difícil, poco probable.

SU RECHAZO A LOS “SUEÑOS DEPORTIVOS”

“Cuando sueño estoy dormido. Estoy en contra con el tema de que las cosas se consiguen si uno las sueña mucho y va a por ellas. Porque es un mensaje peligroso. Está generalmente mal dado. Además, soy de los que creen que vos tenés que ir en busca de tu mejor versión. Ese es el consejo que me doy a mí mismo y a cualquier otro. Nunca intentes ser mejor que los demás. No busques ser campeón. No quieras ser el 1. Eso se consigue como consecuencia de otra cosa. Que se base en la búsqueda de la excelencia de lo que hace. Si vos le decís a un chico: “¿querés ser como Messi? Bueno, tenés que prepararte y pelear todos los días para ser como Messi”. Mentira, no le mientas. Si yo te digo, ‘sueño con ser lo mejor que puedo ser’. Entonces decís, es un pelotudo. Eso lo tenés en tus manos. El tema del sueño está mal utilizado. Si tiene el sueño de ser como Messi, dejalo que siga siendo un sueño. No se lo quieras convertir en realidad porque lo vas a frustrar. Mi laburo es liderar jugadores con la verdad. Hacia un lugar en el que no los choque. Los tengo que potenciar, buscar un lugar donde vivan con la ilusión. Si yo le digo a Brussino que si trabaja y come como Ginóbili, lo llevo a la frustración. ¡O al contrario! Lo convierto en un mediocre, porque en una de esas puede ser mejor que Ginóbili. Por eso no comparto lo de los sueños. No me jodan con eso”.

 

 

PEÑAROL, LA LIGA QUE TENEMOS Y LA LIGA QUE QUEREMOS

MAR DEL PLATA (De nuestros enviados especiales).- La selección es inevitable en la charla, pero la Liga Nacional es lo que se lleva toda la atención de Hernández por estos días.

-¿Peñarol puede ser campeón?

-Si sigue jugando como ahora, no tiene chances. Pero como tiene potencial. Ahora estamos esperando un norteamericano nuevo, la recuperación de Giorgetti. Eso, más convertirnos en un equipo más regular en el rendimiento, puede dar un cambio. Hoy no tenemos el volumen de juego para ilusionarse con ganar el título. El deseo está. Vamos por intentar ganarlo, pero tengo que decir la verdad. Los últimos años en los que estuve, tenía la convicción de que podía pasar. Hoy, como estamos, no. Porque no podés pretender ser candidato cuando de un partido al otro mostrás dos caras diferentes.

-¿Quiénes tiene esa convicción hoy?

-Lo veo bien a Gimnasia de Comodoro, pero sus derrotas como visitantes me hacen ruido. En su cancha no podés jugar. Te sacan de la cancha. Pero les cuesta afuera. A Olímpico lo veo bien, con esa comunión entre entrenadores, jugadores, gente, seguridad, autoestima alta. Quimsa está empezando a tomar vuelo. No tenía dudas de que cuando volviera Deck iba a ser otra cosa. Y San Lorenzo, me parece que les pasa un poco lo que nos pasa a nosotros. Están en el mismo lugar que nosotros. No cubrieron las expectativas propias, aunque nadie va a querer cruzar con Peñarol o San Lorenzo en playoffs.

-¿A qué atribuís la irregularidad?

-Es general. Me parece que una liga de 56 partidos con una ficha de 9 mayores no es compatible. Sobre todo cuando hacés 4000 kilómetros en colectivo para jugar tres partidos en cuatro días. A nosotros se nos fue un extranjero por un problema personal, otro se enfermó y no tengo a Giorgetti. Juego con 7 jugadores y tengo que viajar 22 horas a Formosa. Es imposible. Lo que queremos hacer con esta liga es imposible. Así como está armada, con una cosa idealista de la NBA, de conferencias, que se juegue todos los días, es para otra realidad. Para la realidad argentina, hermano, no va. Acá tenés que tener 16 equipos, liberar las fichas porque sino nunca más vamos a tener chances internacionales. Hace cuatro años que no ganamos la Liga de las Américas y hoy tiene la Intercontinental de premio. Te tenés que aggiornar. Baurú, por ejemplo, doble campeón de Liga de las Américas y que perdió con Guaros, o Uniceub, no tienen extranjeros. Son doce jugadores brasileños de categoría de selección. Es lo mismo que si limitas a Real Madrid o Barcelona a tener fichas. Ganar la ACB les encanta, pero quieren la Euroliga. Cómo lo hacen si no tienen fichas. Hay dirigentes que quieren un tipo de liga y otros que quieren una muy distinta. A Peñarol le interesa una liga más competitiva, más sangrienta. De esa manera puede meter 4000 personas en el Poli. Una liga más abierta, más para todos, no le conviene a equipos como Peñarol o Atenas.

Fuente: Cancha Llena

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