Tomy y Jony, los juveniles del Depo Viedma
Tomás Lenschow y Jonathan Velázquez, los juveniles del Deportivo Viedma, analizaron su presente y reflexionaron sobre esta oportunidad única que se les presentó, defendiendo los colores del equipo de su ciudad en la segunda categoría del básquet argentino.
Tomy es escolta y tiene 17 años. Jony es pivot y es un año mayor. Ninguno de los dos se pierde un solo entrenamiento y acompañan a los mayores en todo. Y ese esfuerzo ya dio sus primeros frutos: ambos tuvieron la chance de debutar y sumar minutos con el equipo.
Lenschow ya tiene 4 partidos en su historial, con 3 puntos, 2 asistencias y 2 robos en 10 minutos. Velázquez jugó un poco más: 9 partidos, con 3 puntos, 9 rebotes, 1 asistencia y 1 tapa en 22 minutos.
En una pausa en el entrenamiento, aprovecharon para charlar y contar su experiencia. “Es algo distinto a lo que veníamos haciendo. Un salto de calidad enorme. Me tocó un grupo tremendo por suerte, que me da confianza. Estamos metiéndole muy fuerte, lo más que se puede y aprendiendo de los más grandes”, contó Tomás.
Jonathan coincidió: “Es una experiencia muy linda. Nos tocó un grupo muy lindo. Estamos aprendiendo mucho de los mayores y estamos aprovechando la oportunidad para seguir aprendiendo”.
Alexis Knecht, uno de los mayores y referente del plantel, siguió de cerca parte la entrevista, casi como cuidándolos. “Los mayores se portan muy bien”, dijo Velázquez, entre risas, advirtiendo su presencia y Lenschow ratificó: “Si, son todos muy buenos”.
Ambos recordaron el día de su debut, una jornada que quedará marcada para siempre en su calendario personal: “Yo no arranque muy bien”, rememoró Tomás entre risas y admitió que tuvo “muchos nervios al principio”, pero “ahora estoy mucho más suelto”.
“Los dos agarramos más confianza y los compañeros nos ayudan un montón, la verdad que nos dan apoyo siempre”, agregó.
Jony recordó su ingreso al rectángulo de juego por primera vez: “Fue una muy linda sensación, pero a la vez muy nervioso. Nos vamos acostumbrando de a poco, tomando ritmo”.
“Esto es muy distinto, es otro roce, otra forma de juego. Es mucho más rápido y hay que tomar las decisiones en un segundo”, completó.
La entrevista terminó. Ambos siguieron tirando al aro, ensayando movimientos y ganando experiencia. Los “pibes” son los últimos en abandonar el campo de juego, dejando todo en cada práctica. Contribuyen siempre con lo suyo y, quizás sin darse cuenta, son parte relevante del conjunto, aportando esfuerzo, energía y mucho potencial.