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Jamaal Levy en Bahía, con otro emprendimiento y espera

Bahía Basket no le renovó el contrato. A los 37 años, el panameño volverá a jugar por su país la AmeriCup. Continúa instalado en la ciudad con su familia y tuvo que reinventarse. Excelente nota de Fernando Rodriguez para La Nueva Provincia.

Al menos extraño resultará ver al equipo de Bahía Basket sin Jamaal Levy.

   El panameño jugó las últimas seis temporadas de Liga Nacional en el representante bahiense –cinco de ellas desde el inicio-, totalizando 408 partidos en equipos de nuestra ciudad, contabilizando su primer período en Estudiantes (149, en cuatro ediciones).

Desde aquella primera llegada a hoy, Levy tiene 14 años más, una familia formada y una decisión tomada: vivir en Bahía Blanca.

   Tanto su esposa Rosa como sus hijas (Yarelis y Aaliyah) llevan una vida como cualquier bahiense. Inclusive, la pandemia los obligó a reinventarse, al punto que el propio Jamaal, quien continúa entrenando individualmente, descubrió otra faceta.

Los Levy: Jamaal, Rosa, Yarelis y Aaliyah. 

   —¿Cómo vivís esta incertidumbre?

   —Hay días y días. Algunos me los tomo con calma, otros que es difícil encontrar motivación para arrancar y te desanima, porque no sabés cuándo ni dónde podés jugar. Pero, por suerte, tengo la mente bastante ocupada con otro emprendimiento.

   —¿De qué se trata?

   —Con mi esposa hacemos tapabocas. La idea es toda de ella y estamos a full. Comenzó haciendo algunos y fue creciendo tanto que me sumé para ayudarla.

   —¿Aprendiste a coser?

   —Ja, todavía no me quiere enseñar, pero estoy encargado de otras tareas. Además hace almohadones, cortinas, aunque los tapabocas fueron furor y, gracias a Dios, nos han mantenido muy ocupados. Me llegó justo a tiempo. De lo contrario, hubiera mordido las maderas (sic). También, comencé a entrenar, así que me calmó las ansias y volví a la normalidad, sintiendo dolores en el cuerpo y demás.

   —¿Esperabas, de alguna manera, que Bahía Basket no te renovara y, a la vez, tenés alguna esperanza de poder volver a futuro?

—Creo que es como un poquito de todo. Conociendo la realidad de los clubes y sabiendo que está todo muy raro, sabía que existía una posibilidad de no renovar. Bahía Basket cumplió en todo conmigo. Se terminó el contrato la última temporada y sabía que era complicado renovar. Ahora mismo no hay chances, pero a futuro hay que esperar qué pasa. Bahía es mi casa, literalmente, y jugar en la ciudad me encantaría. Sé que depende de muchísimas cosas que no están para nada en mi control, por lo tanto trato de poner la energía en el próximo compromiso con la selección de Panamá, a fines de noviembre.

   —¿Te imaginás cómo será mirar desde afuera a Bahía Basket?

   —Voy a seguir a los chicos y sé que será rarísimo para mí. Pero mientras me mantenga bien de la cabeza y físicamente pueda ponerme lo mejor posible, la cosa se encaminará, y si no me toca jugar en Bahía Basket, tendré que mirar en otro lado.

Atacando, en el Dow Center, el lugar que alcanzó a disfrutar.

   —¿Mantienen con tu familia la intención de radicarse definitivamente en Bahía o se va renovando junto con tu contrato?

   —No, no. Por suerte estamos muy tranquilos. La decisión de radicarnos en Bahía va mucho más allá de un contrato o de una pandemia. No hay incertidumbre. Sentimos cada vez más que esta es nuestra casa.

   —Es decir, si mañana tenés que ir a jugar a otra ciudad y vas solo, tu familia se quedaría en Bahía.

   —Exactamente. Esa es la decisión que hemos tomado. Estamos bastante instalados, tenemos nuestras cosas y las nenas, sobre todo la más chiquita, es muy bahiense.

   —¿A medida que pasan los años esta situación de no tener equipo a uno lo va tomando más preparado?

   —Cuando era más joven y estaba sin equipo era como que no tenía vida, porque todo pasaba por comer, dormir y jugar. Y si nadie me llamaba sentía que era el peor jugador del mundo, que había tenido una mala temporada. Ahora, de más grande, uno tiene otras responsabilidades y más personas dependen de tí. Hay momentos que a uno se le cruza cómo será jugar en otro lado, pero con la pandemia hubo que salir de la zona de confort, adaptándose para sobrevivir. Todavía me siento jugador, con ganas de competir. Creo que sigo a la altura de poder contribuir. Así que todo pasará.

El 12 de marzo, ante Boca, Levy jugando el último partido con Bahía Basket.

   —¿Qué significó Bahía Basket en tu carrera?

   —Fue un lugar donde aprendí mucho.

   —Aún de grande.

   —Sí, sí. Rodeado de grandes personas y jugadores. Me hicieron abrir la cabeza, me cuidaron mucho físicamente y mentalmente; me extendieron la carrera. Estoy muy agradecido.

El 27 y 28 de noviembre volverá a vestir la camiseta de su país.

   —¿Tu regreso a la Selección, con 37 años, considerás que pasa porque Panamá está débil o porque entienden que todavía tenés mucho para dar?

   —Yo creo que interpretan que tengo mucho para dar. Paso a ser el más veterano y mi rol es muy diferente. Todavía compito en una de las mejores ligas de América y eso suma mucho.

   Jamaal mantiene el teléfono abierto esperando algún llamado. Mientras tanto, fabrica tapabocas, entrena y disfruta de Bahía, la ciudad que sigue eligiendo para vivir.

Fuente: Excelente nota de Fernando Rodriguez para La Nueva Provincia.

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